
Detener el tiempo y anular el espacio brevemente y desde allí reflexionar sobre uno mismo y el resto.
Respirar profundo, encender un cigarrillo acompañado de buena música para cortar con el silencio que provoca el vacío.
Pero ella no penetra, se detiene también en el umbral porque el paso está cerrado, obstruido por la soledad que se adueñó del resto, congelandolo todo, sumergiendo el alma en un frío doloroso y mortal.
Tristeza...eso siente el alma herida y aprisionada, es por eso que los ojos se opacaron y ya no la reflejan.
A lo lejos quedaron los buenos tiempos en los cuales predominaba la sonrisa contagiosa.
El amor que todo lo puede y todo lo destruye!
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